domingo, 17 de mayo de 2009

El derribo del Teatro Bretón desenmascara a las instituciones

El jueves 14 de mayo de 2009 pasará a la historia de Salamanca como una de las fechas más tristes que los salmantinos podamos recordar.
Plataforma Cultural "Salvemos el Teatro Bretón", 15/5/2009



El jueves 14 de mayo de 2009, independientemente de la fecha de ejecución, pasará a la historia de Salamanca como una de las fechas más tristes que los salmantinos podamos recordar. En las efemérides quedará marcado para siempre el 14 de mayo como el día en que la Comisión de Patrimonio del Ayuntamiento de Salamanca aprobó, con los votos del Partido Popular, el derribo del Teatro Bretón.
Con este acto, los cargos electos ponen en evidencia su indiferencia, su manifiesta inacción y su demostrada incapacidad para hacer progresar esta ciudad conservando lo bueno del pasado. Una clara contradicción con la imagen de ciudad culta que se trata de exportar por el mundo. El futuro no será así, habrá que buscar otro adjetivo, más realista, más acorde, más sincero.
¿Qué fue de aquellas promesas del concejal de Urbanismo sobre el inicio de conversaciones con la propiedad? ¿De qué nos va a servir a los salmantinos que se conserven los recercos de las ventanas? ¿Por qué sí se firman acuerdos para permutar parcelas con el fin de que empresas privadas sigan haciendo uso, deportivo, de unosterrenos y no se logran acuerdos para salvar el Bretón? ¿Sabría el señor Cruz decirnos cuál es el precio que la propiedad pedía por el edificio, y cuál sería el justiprecio? ¿Cuánto estaba él dispuesto a ofrecer? ¿Qué ganamos los salmantinos con el derribo del Bretón? ¿Por qué el Equipo de Gobierno de nuestro Ayuntamiento es tan ajeno a cuanto acontece en la ciudad? ¿Por qué no ha hecho uso el Sr. Cruz de su sillón de senador para instar al Gobierno de España en pro de la adquisición del Teatro Bretón? No es necesario que el concejal, ni siquiera el alcalde, den explicaciones sobre lo que no han hecho por el Teatro Bretón, que se reduce a nada.
¿Por qué el Ayuntamiento de Salamanca, en los seis años transcurridos desde el cierre del teatro, no ha emprendido la vía expropiatoria? ¿Por qué el derribo del Teatro Bretón no es un tema suficientemente importante como para que los concejales del Ayuntamiento lo traten en pleno municipal?
¿Por qué los representantes salmantinos en las Cortes Regionales, en el Senado y en el Congreso de los Diputados no han movido ni un solo dedo por el Teatro Bretón? Son muchas las iniciativas que podían haber emprendido. Tanto el Partido Popular como el Partido Socialista tienen suficiente poder como para haber evitado el derribo del Teatro Bretón. Pero les ha faltado voluntad política, compromiso y complicidad con los salmantinos. ¿O acaso alguien va a creerse que una empresa privada tiene más poder que el conjunto de las instituciones que nos gobiernan?
¿Por qué la Diputación de Salamanca mira para otro lado cuando otras Diputaciones vecinas son propietarias, y gestionan, teatros? ¿Por qué la Junta de Castilla y León sigue dejando a Salamanca las migajas de la inversión cultural?, ¿qué le hubiera costado a la Junta de Castilla y León adquirir el Teatro Bretón?, ¿qué le hubiera costado declararlo Bien de Interés Cultural? ¿Por qué el Gobierno de España sí invierte en otras ciudades y sistemáticamente se olvida de Salamanca?, ¿es posible que el Gobierno de España no tenga en Salamanca a las personas adecuadas?
¿Por qué Caja Duero ha renegociado deuda con la empresa Santher y no ha introducido el Teatro Bretón en el acuerdo, si tan interesada estaba en su adquisición junto con la Fundación Germán Sánchez Ruipérez?
¿Para qué sirve el Centro de Estudios Salmantinos? ¿Para qué sirve el Cronista de la ciudad? ¿Para qué sirve la Comisión Territorial de Patrimonio Cultural? ¿Quiénes están detrás de todos estos entes? ¿Quién es Santher?
El reparto ha sido de excepción, pero esta vez los buenos no han ganado. Era un drama, y en las “causas perdidas” no ganan los buenos, ganan los poderosos. Salamanca pierde, y la pérdida será irreparable.


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