jueves, 27 de agosto de 2009

Cambio de calles, cambio de políticos… ¿Por qué no?

Entre la Ley de la Memoria Histórica, proveniente por mandato nacional, y el caciquismo de los gobernantes locales, no para Salamanca de cambiar su callejero local. El primer caso sonado fue el de la calle del Expolio, Alcalde Mafioso la re-denominábamos nosotros, y el nuevo suceso acaece ahora por las cuatro calles rebautizadas hace una semana. Diferentes hechos en contenido pero no en las formas: sacamos la medida adelante, aunque todos se opongan y vaya en contra de los intereses de los ciudadanos. Lo más gracioso de todo es que, como siempre, al final somos nosotros los que acabamos pagando por todas sus manías y antojos. En lugar de modificar el nombre de las calles que solucionen los problemas de las colas en el INEM, los altos precios de los productos más básicos o el robo cometido a diario por la banca. Eso sí realmente nos preocupa a todos los salmantinos por unanimidad.



S.O.S. Pueblos

Como todos los veranos los pueblos de España se llenan, la vida vuelve -como cuando la primavera retorna a los bosques- y da gusto pasear por los mismos. En cada rincón se oye una sonrisa infantil y los susurros y el silencio desaparecen por unos momentos. Pero… ¿y el resto del año? Desgraciadamente nuestros queridos y añorados pueblos sufren una situación que roza el abismo. Poblaciones paupérrimas, la mayoría ancianos, falta de industria, trabajo y comunicaciones, asfixia a sus principales medios de subsistencia como son la agricultura y la ganadería, desprecios generalizados… son tantas las miserias que sufren que en un espacio de opinión tan breve y sucinto como es éste, apenas podemos elaborar un breve esbozo de los mismos. Pero el quid de la cuestión es lo que realmente queremos destacar: ¿somos conscientes de todo lo que está en juego? En muchos casos de la antigua Helmántica, más de 2.500 años de historias y vivencias continúas, de sueños y labores, de tradiciones y culturas que caerán por el desagüe, desaparecerán por completo, quedando relegados al olvido o a los tristes museos, sin poder dar ya entonces marcha atrás. No habrá retorno ni valor que cubra semejantes pérdidas. Y no sólo por su antigüedad, sino por los pueblos y lo que representen en sí mismos. Ya el escritor y periodista soriano Abel Hernández, en su obra “Historias de la Alcarama”, lo ha descrito perfectamente con estos mismos sentimientos aunque añadiendo trazos apocalípticos: “Parece que por aquí, por este último rincón de Castilla, ha pasado el ángel exterminador”. Habla de una zona específica de Soria, pero quien dice Soria dice Zamora, Teruel, Gerona, Jaen… Salamanca también. Y en toda la Península sucede exactamente igual.




Este problema, que como ya hemos indicado afecta a todos los lugares de España, comenzó de manera alarmante en la época de industrialización del país, buen ejemplo de lo que decimos quedaría reflejado después en la película “La Aldea Maldita”, con el franquismo se acentuó y con la democracia se acabó de rematar al enfermo. Por eso hemos de reconocer que es, sin duda, un momento crucial el que viven-vivimos. Ya que si el ritmo de despoblación continúa, veremos desaparecer parte de nuestra milenaria Historia en un abrir y cerrar de ojos. No más de medio siglo les restan a muchos núcleos rurales de nuestro entorno... y al paso que vamos todos acabaremos en tres o cuatro grandes ciudades -grises, anónimas e insalubres- por definirlas de algún modo.

Lo que no han destruido las invasiones más terribles, caerá por el abandono de sus antiguos moradores. Y nosotros nos negamos a ello. En nuestras manos y en la de nuestros gobernantes está poder remediar esta historia. Porque todavía replica una triste campana, en un pequeño pueblo perdido de la comarca, lanzando su último S.O.S.…




viernes, 14 de agosto de 2009

Robo, juicio y… a la calle




El miércoles 12 de agosto un joyero ha sido atracado y apuñalado en su local situado en la calle los Perdones. El anterior robo hace tan sólo tres meses. El gremio de joyeros ha aducido que la problemática deriva en que los culpables de estos casos salen a la calle apenas unas horas de haberlos cometido. Y esta circunstancia parece que se puede generalizar en el día a día de la justicia española. No cabe duda que más policía no es la solución. Es imposible que en cada comercio exista una patrulla vigilando, además de llevar esto a un estado de control constante que no puede ser en nada positivo para la comunidad que lo padece. Cacos, maleantes y otros miembros del hampa existirán siempre. Negarlo sería absurdo. Pero si los mismos son conscientes que tras comer un delito salen rápidamente y que las condenas son casi siempre de pequeña magnitud, bienvenidos a la República bananera. En estos casos es la justicia y los que la dominan -los políticos de turno dado que hablar de independencia de la misma es una quimera- los responsables de poner cartas en el asunto. Por eso nos va como nos va. Cada X tiempo la mismas situaciones de injusticia sin poner remedio alguno al respecto. Y a eso, sin duda alguna, se le puede llamar negligencia.



Piscinas multiculturales en una Salamanca que se resiste a morir

Todo el mundo tiene derecho a poder asistir a las piscinas, disfrutar de la vida y de estos pequeños placeres. No lo pondremos nosotros en duda. Sabemos que a estos lugares de ocio suele acudir la flor y nata de nuestro pueblo: la niñez y la juventud. El futuro más esperanzador, los hombres y mujeres del mañana. El problema radica cuando en estos espacios, como en los parques, se ve todo menos salmantinos. Pero… ¿dónde se han metido los charros? Fácil respuesta: Salamanca está sufriendo unos flujos de inmigración no europea que únicamente conducirán a relegar y sustituir la población original por personas que la mayoría ven exclusivamente como mano de obra barata, más fácil de explotar que los autóctonos. Y desde el MSR nos negamos a ambas cuestiones: a que ellos sean explotados y a ver desaparecer nuestra cultura e identidad por los mismos. Los inmigrantes tienen derecho a emigrar nos dicen, de acuerdo, pero nosotros también tenemos derecho a la existencia, a la supervivencia. Y este derecho se nos está negando de antemano. Si el número de inmigrantes continúa vayámonos despidiendo de Salamanca y de lo que somos. Y luego, lo más gracioso de todo es que los partidos que han ocasionado este suicidio, Francia es el reflejo de lo que nos espera, se mostrarán portadores y garantes de nuestra identidad cuando la situación se tuerza (que lo hará). Tiempo al tiempo.



miércoles, 5 de agosto de 2009

¡Vivan las obras!




Gracias al proyecto puesto en marcha por el gobierno para incentivar la salud precaria y maltrecha de nuestra economía, Plan español para el Estimulo de la Economía y el Empleo lo denominan, hemos visto como las obras en nuestra ciudad se han multiplicado como setas. Allí donde veáis un enorme cartel blanco y rojo, allí hay obras patrocinadas. Lo que primero llama la atención del ciudadano es que los ayuntamientos estimulen la economía por medio de esta clase de actividades. Que sí, que dan trabajo a un número de peones considerable, pero así no se consigue absolutamente nada. El beneficio llega al ciudadano de a pie en general pero no a los que tienen el agua al cuello y no llegan a fin de mes. Es pan para hoy y hambre para mañana como se diría en el argot más coloquial. Y todo esto mientras hoy se anunciaba por prensa que miles de comercios familiares han tenido que cerrar sus puertas. Qué contradicción. Nuestra segunda sorpresa, cargada de indignación ya, es apreciar que estas obras se llevan a cabo casi exclusivamente en el centro para remodelar calles o aceras que, lo más bochornoso, se encontraban en perfecto estado e incluso algunas apenas hacía unos años se habían arreglado. ¡Toma ya! Y todo esto sucede mientras muchas vías de la capital o del extrarradio, alejadas del centro claro está, siguen exactamente igual que cuando por primera vez las asfaltaron. De risa lo que aquí describimos. Y no digamos ya cuando uno se para a contemplar como tocan a seis obreros por apertura de cloaca de alcantarilla. Pero claro, el dinero hay que invertirlo en ‘algo’ y ese ‘algo’, como siempre, va en beneficio de unos pocos. Darles dinero a los ayuntamientos está demostrando, cada vez más, el enorme peligro que supone. Sin una planificación y un orden despilfarran como si de las rebajas de enero se tratase. Su cortedad de miras va a convertir lo que en principio sería una medida positiva, no cabe duda, en un vaciamiento mayor de las arcas del estado. Aún así no olvidemos que todos ellos, toda la clase política dirigente, son los que han generado esta crisis. ¿Cómo? En el momento que forman parte del juego del libre mercado, del capitalismo más salvaje como es el actual, aceptan todas las desgracias y reglas intrínsecas al mismo. Y claro, ahora tenemos las consecuencias de años enteros jugando al ‘monopoli’, a la ruleta rusa, mientras encima hacen sus trampas y chanchullos. Contra esto ningún Plan, por muy positivo que sea, podrá poner remedio.



También en verano donamos sangre



En verano es cuando más descienden el número de donaciones de sangre. Y los embarazos, las operaciones, los accidentes no descansan. Por eso, en estas fechas, no te olvides de donar. Como dice la imagen, da lo mejor de ti.