martes, 16 de febrero de 2010

Cerrado por la crisis


Hablamos de la calle Méjico por verse desde nuestra mesa de trabajo según escribimos estas líneas, pero podríamos hablar de otras muchas calles de la ciudad que han visto cómo establecimientos de toda la vida, la mayoría de carácter familiar, han tenido que cerrar sus puertas por la crisis (la puta crisis afirmaría abiertamente el escritor A. Pérez Reverete). Y no hablamos de uno o dos locales. Un par de ellos en particular llevaban más de 20 años en el barrio, incluso podríamos dar el nombre de sus propietarios... Lo curioso es, que gracias a la campaña por una banca pública llevada a cabo hace unas semanas por los que aquí redactan esta noticia, nos hemos dado cuenta que además de comercios chinos que no solo siguen impasibles ante la crisis, sino que amplían sus negocios, no ha cerrado ni un solo banco o caja -lo mismo da- en la ciudad. Es más, si cualquier ciudadano se pone a contar verá rápidamente cómo no hay calle en Salamanca que se libre de estos nuevos “templos” y que en algunos casos su número ralle hasta la provocación. ¡Pero si incluso han aumentado con la crisis! Los buitres siempre huelen la carne fresca... “La crisis la sufrimos todos” afirman políticos y banqueros... mentirosos. Nos creeremos semejante verborrea cuando ustedes también cierren sus puertas o clausuremos nosotros mismos sus establecimientos para que nos devuelvan aquello que nos corresponde. Otra observación bastante lógica para poner punto final a esta noticia: cierran los pequeños comercios, aquellos que el propietario es una persona de carne y hueso que se pasa allí mañana y tarde para poder subsistir, pero en cambio las filiales de multinacionales anónimas resisten a todo. ¿Es esto justo? Ni de broma, solamente los Made in China aguantan semejante sangría.

Podríamos seguir cruzados de brazos viendo como siguen aplastando nuestros derechos -lo que hay que escuchar, que un partido que se autodefine como “socialista” entregue millones de euros a bancos y cajas o que suba los años de jubilación como medida ante problemas que ellos mismos han generado- pero también podríamos intentar cambiar las cosas sin ambigüedades ni cortapisas. Sin políticos ni otros ladrones de por medio acostumbrados a vivir del cuento y que resulta imposible que muerdan la mano de aquellos que les dan de comer. Pero como decía una campaña que llevamos a cabo hace unos años, si pasas luego no te quejes. Y si cierras tu local y asientes, resultará exactamente igual.

No hay comentarios: