

Y ya que estamos de análisis indicar que el edificio, a nivel arquitectónico, no supondrá ninguna novedad o significancia, pero tampoco un detrimento para el conjunto urbano de nuestra ciudad. Sin mayor pena ni gloria será una construcción más de los muchas que existen.
Puestos laborales
Muchas de las personas que han dado su apoyo a este gran centro comercial aducen que los 550 puestos laborales directos que supondrá para la ciudad amortiguan toda crítica. Con cierta cortedad de miras, y algo de egoísmo, olvidan el trabajo que del mismo modo destruirá. Es cuestión de lógica: el pez grande siempre se come al chico y si los salmantinos comienzan a adquirir sus productos en el Corte Ingles de algún lugar dejarán de comprar (pequeño y mediano comercio principalmente). Pero claro, es el libre mercado, la ley del más fuerte (para eso vivimos en un sistema ultra capitalista). Ante esto nuestra más rotunda negativa, queja y enfrentamiento. Frente a las multinacionales el pequeño comercio; frente a imperios comerciales anónimos y apátridas la tienda propiedad y responsabilidad de los trabajadores locales; frente la riqueza de unos pocos el interés y el bien común.
Por cierto, para los que tanto hablan de los beneficios de su implantación, suponemos que desconocen que ha quedado varias veces demostrado que los precios del Corte Inglés son mucho más elevados que en el resto de comercios. Y que cuando la ferretería de Juan cierre, cuando la mercería de Pilar caiga, cuando la librería de Carmen desaparezca, el Corte Inglés y otras grandes marcas serán las únicas a las que podremos acudir para adquirir los productos. En pocas palabras: además de comprometer el futuro de nuestros paisanos cercanos estamos comprometiendo el de toda la sociedad (incluido el nuestro propio). Por no hablar de los 365 días de apertura de El Corte Inglés.
Defendamos el pequeño comercio,
Defendamos el bien común.
1 comentario:
genial la foto. pero mira, si cuela, cuela. a saber cuántos de esos hay y la pasta que habrán sacado.
cuando fusionaron los corte inglés de goya duplicaban mercancía, era un sindios. compré una cámara polaroid en uno por 12 mil pesetas, pero el papel tuve que comprarlo enfrente. esa la primera. total, que me pego el paseito, llego y veo la cámara que acababa de comprar ¡por 8 mil pelas! no veas la que monté.
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